El éxito de KOH

Este es Kike del Olmo

Fotógrafo documentalista durante muchos años, Kike del Olmo se define a si mismo como «un tipo que ha ido dando vueltas por el mundo y que, al final, ha vuelto a su ciudad». A los 26 años dejó Barcelona para recorrer el mundo, conocer diversos países como Australia o China y vivir en ciudades tan distintas como Santiago de Chile, Lima y Nueva Delhi mientras creaba una carrera como fotoperiodista.

Su periplo por el planeta le permitió satisfacer su pasión por la comida. Kike nos lo explica: «A mí me ha encantado comer siempre, mucho. Y probar cosas. Entonces yo creo que el vivir en tantos sitios diferentes y el estar en tantos lugares, también hacía que esta cultura gastronómica se fuera ampliando». 

Tras tantos años trabajando como fotoperiodista, la digitalización de los medios y un cierto desencanto con la prensa que él define como «empezar a descreer un poco y sentir que lo que estábamos haciendo no era tan importante como uno se creía», Kike empezó a pensar en otras opciones retomando un propósito que siempre había estado presente de cara al futuro: montar alguna cosa, aunque no sabía muy bien qué y, si bien de más joven había valorado la posibilidad de un bar, poco a poco la idea del restaurante fue tomando forma básicamente por su amor por la comida y de ahí nació KOH.

Hace 5 años, KOH abrió las puertas en el barrio barcelonés del Poble Nou como un restaurante de ramen, la sopa de fideos japonesa, por la que Kike siente un total enamoramiento. Con el paso del tiempo y el buen hacer y la magia que obran Benito y Marta en la cocina, la carta ha ido evolucionando a una cocina más trabajada y sofisticada que abarca toda Asia, con un toque de cocina peruana, otro de los amores de Kike: «También he vivido en Perú, la comida peruana me enamora mucho y, de alguna manera, siempre metemos algún tiradito, algo que tenga que ver con ceviche, alguna causa limeña. En Perú hay mucha influencia china y japonesa y con estos conceptos ha ido creciendo KOH.»

Kike nos cuenta que la mayor parte de la clientela es gente que vive o trabaja en el Poble Nou y que han hecho del KOH un lugar al que acudir a comer al menos una vez por semana, algo que el considera muy bonito por las sinergias que se han llegado a crear en el restaurante.