Modelos de factura para profesionales de la cultura
El mundo de la cultura no es - como el tópico parece señalar - un lugar de soñadores, poetas, escritores y artistas bohemios que se reúnen de vez en cuando en un café, ponen a parir al Gobierno y a la sociedad, mientras suspiran por alguna subvención o prebenda pública o del público.
Algo de eso habrá, aunque la industria cultural es mucho más que eso y está llena de auténticos emprendedores. Tan soñadores (o quizá más) que los que se dedican a otros sectores. Y tan necesitados también de modelos de facturas ya que, al ser profesionales, no les queda otra que llevar una facturación, como todo buen emprendedor e hijo de vecino.
¿O creías que por dedicarte a la cultura te ibas a librar de eso? Ya lo decía Fernando Savater comentando un poema de Borges sobre la inmortalidad: "La prueba irrefutable de que no estamos destinados a la perennidad inmortal sino a la podredumbre es que soñamos de vez en cuando con raros dioses, pero tenemos habitualmente que cagar dos veces al día".
Pues eso, amigo y amiga profesional de la cultura: cagar, comer, dormir y facturar, dos veces o las que haga falta, como cualquier otro profesional.
Qué ha de saber un profesional de la cultura antes de usar un modelo de factura
Cualquier profesional de la cultura ha de darse de alta como autónomo. Es así. Porque por profesional se entiende a alguien que se dedica en cuerpo y alma a su trabajo.
Por lo que si te dedicas de forma esporádica a la cultura, puedes obviar este paso: hay formas de hacer trabajitos puntuales sin tener que darse de alta como autónomo.
El alta hay que hacerlo en la Seguridad Social y en Hacienda. Lo de Hacienda implica registrarse en uno de los epígrafes del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), ya que para el fisco lo tuyo se trata de una actividad económica.
En la práctica, esto quiere decir, entre otras cosas, que has de hacer facturas aplicando la retención por IRPF.
Los profesionales de la cultura y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE)
El epígrafe de los profesionales de la cultura depende de la actividad. La sección tercera agrupa a todos los artistas de la siguiente manera:
Agrupación 01. Actividades relacionadas con el cine, el teatro y el circo.
Agrupación 02. Actividades relacionadas con el baile.
Agrupación 03. Actividades relacionadas con la música.
Agrupación 04. Actividades relacionadas con el deporte.
Agrupación 05. Actividades relacionadas con espectáculos taurinos.
Cada agrupación, además, está subdivida por grupos. Por ejemplo, para los que se dedican al cine y al teatro han de elegir el grupo según su profesión (directores, ayudantes, actores, etc.).
Los artistas, literatos y periodistas han de inscribirse en la sección segunda, agrupación 86, grupo 861 (Pintores, escultores, ceramistas, artesanos, grabadores y artistas similares).
Puede que me haya dejado en el tintero alguna profesión cultural, debido en parte al uso del concepto de cultura, cuyo significado algunos estiran hasta lugares nunca antes conocidos.
El IVA y el IRPF en los modelos de factura para profesionales de la cultura
Empezaré por lo más fácil: el IRPF. La retención se aplica a tus facturas siempre y cuando tu cliente sea una empresa o profesional. Si, por ejemplo, trabajas para una compañía de teatro y eres autónomo, a la factura has de aplicarle la retención.
La retención es del 15%, a no ser que seas un nuevo autónomo. Entonces solo tendrás que aplicar el 7% del IRPF durante los tres primeros años.
El IVA en las facturas de los profesionales de la cultura
El IVA es otro asunto y no debes confundirlo con el IRPF, que es un impuesto que afecta a las personas físicas (y los autónomos lo son). El IVA es el impuesto que grava el consumo y no todas los servicios y productos culturales llevan el mismo tipo de IVA.
Incluso, algunos servicios están exentos de IVA, como es el caso de la producción literaria o el periodismo regular en medios escritos (diarios y revistas), siempre y cuando no sean agencias de noticias, que sí tributan al 21% de IVA.
Sobre el IVA, habrás oído en ese runrún diario que son a veces los medios de comunicación lo del IVA cultural al 10%. Pues bien, eso es cierto, pero se refiere al IVA que afecta a consumidores particulares (de teatro y cine, por ejemplo). Y aquí hablamos de profesionales de la cultura que facturan a otros profesionales o empresas de la industria cultural.
En este caso, algunos servicios están exentos de IVA y otros han de tributar al 21%. Por ejemplo, escritores, artistas plásticos, dibujantes, guionistas y otros cuyos servicios están sujetos a derechos de autor han de emitir facturas exentas de IVA.
Para aclararte, es bueno siempre que preguntes a la Agencia Tributaria o a un asesor antes de ponerte a hacer la factura.
Cómo se calcula el IVA y el IRPF en un modelo de factura para profesionales de la cultura
El cálculo es de lo más fácil y más adelante te mostraré por qué. Tanto el IRPF como el IVA (siempre y cuando tu servicio no esté exento de IVA) se calcula sobre la base imponible. La base imponible quiere decir, hablando llano, el precio en neto.
Por ejemplo, si eres un dibujante y has de facturar unos trabajos y tributas al 15% del IRPF (recuerda que si acabas de empezar sería del 7%), ese porcentaje lo has de restar del importe neto.
Si has de aplicar el IVA (que no sería el caso del dibujante y de muchos otros servicios que ofrecen los profesionales de la cultura), has de sumarle el porcentaje correspondiente (por lo general, el del 21%) al importe neto, es decir, antes de restarle el IRPF.
O viceversa. En otras palabras, tanto el cálculo del IVA (que se suma) como el del IRPF (que se resta) se han de hacer sobre el importe neto (la base imponible, por ponernos técnicos).
Un ejemplo (imaginario) en un hipotético caso en el que al legislador se le fuera la pinza, y tuvieras que aplicar no solo el 15% del IRPF en la factura, sino el 21% de IVA por tus servicios culturales:
Modelos de factura para profesionales de la cultura con un programa de facturación
Si llegado aquí has concluido que esto de ser profesional es un rollo por todas las labores de gestión que implica (has de llevar una facturación, liquidación trimestral de impuestos, etc.), piensa que hoy en día las cosas son más fáciles.
Al menos cuentas con una amplia gama de programas de facturación online como SumUp Facturas, con el que puedes usar plantillas de facturas versátiles y profesionales.
¿Y te acuerdas que decía que el cálculo del IRPF y del IVA (en su caso) es de lo más fácil? Pues lo decía precisamente por esto: porque con un programa de facturación te ahorras, entre otras cosas, todos estos cálculos.
Y entre artistas y en confianza: todos sabemos que las mates no es nuestro fuerte.